24 de septiembre de 2023
Ficha en la web:
Seguramente a la mayoría de cadistas que nos hubieran preguntando antes de dar comienzo el duelo de hoy frente al Betis, nos hubiera parecido perfecto que se acordara un empate y no se disputara el mismo. ¿Ocho puntos en seis jornadas? ¿Un punto en casa del sexto clasificado el año pasado? Quien no lo cogería!
Se trabajó el conjunto amarillo el punto sumado hoy desde el primer minuto. No es nada alocado afirmar que los de Sergio González ganaron claramente a los puntos el primer asalto del encuentro, en el que se encontraron mucho mejor, ocuparon mucho más campo y anularo por completo a un Betis que estaba falto de ideas y que quizás acusaba también haber jugado el jueves.
Las pocas llegadas al área que se produjeron en este periodo fueron para los visitantes, que daban casi siempre mucha mayor sensación de peligro que su rival. Y la primera que tuvieron, fue para dentro: contragolpe de libro una vez más por la derecha (el entrenador cadista fue muy claro, y volcó todo el juego de ataque por la derecha, sabiendo que Miranda gusta de subir mucho, y al que por tanto, cogían muchas veces muy lejos de su portería), centro que se envenena y Chris Ramos, que se bautizó como goleador en este estadio la pasada campaña, se eleveba más grande que nadie en el área para poner el balón imposible para Claudio Bravo. Al vestuario con ventaja de 0-1. Imposible tenerlo mejor.
En la segunda parte, por pura lógica, la escuadra hispalense apretó más. Ya de entrada, Pellegrini hacía un cambio y metía en el campo a Abde, cuyas entradas por la banda complicaron muchísimo la vida a Iza y compañía. Con todo y con eso, los gaditanos tuvieron su ocasión para haber sentenciado el duelo, cuando en el minuto otro centro (más) desde la derecha se lo quitaba Bellerín a Navarro cuando este lo iba a remachar a gol, en una posición tan exigida, que vio como su despeje se iba contra su propio larguero. Por los pelos.
Pasado el susto, los verdiblancos terminaron por imponer su calidad, era algo que tenía que pasar. Finalmente Guido Rodríguez, en un genial escorzo de espaldas a la portería, sorprendía a Ledesma y nivelaba el marcador, con una larguísima media hora por delante.
Como nos muestra siempre este equipo, los cadistas se armaron de paciencia y de trabajo para recibir los muchos puñetazos que iban a empezar a caer a partir de ese momento. Y lo hicieron sin renunciar al ataque además, aprovechando el zafarrancho de combate que tocaba el adversario. Un par de veces anduvo Chris Ramos a punto de mojar otra vez, pero ya no iba a tener más suerte.
El tramo final fue un suplicio absoluto. Ahora sí los sevillanos conectaban ganchos y guantazos por doquier, y el Cádiz no daba para achicar agua. Hasta cuatro ocasiones clamorosas llegaron a la portería amarilla, sin que, por fortuna, o por acierto, cristalizara ninguna. Primero tuvo Ayoze dos cabezazos a cada cual más ajustado al palo, que no entraron de milagro. Y si ahí anduvo afortunado el Cádiz, a continuación salió el talento inmenso de Ledesma para regalar un punto a su equipo.
Primero realizó un paradón abajo a un remate imposible de Isco de tacón que nadie, nada más que el arquero argentino, pudo intuir. La grada verdiblanca no se lo podía creer. Y al rato tuvieron que frotarse los ojos de nuevo cuando Conan neutralizaba, a mano cambiada y cuando parecía que ya caía hacia el lado contrario, el enésimo cabezazo de Ayoze que se tiraba al suelo desesperado ya. Ledesma no hace goles como el portero de la Lazio, pero gana más partidos que muchos delanteros.
Al final, un punto no, un puntazo que mantiene una soñada media de puntuación que nos mantiene en la primera mitad de la tabla. Que es algo anecdótico. Lo que es realmente importante es que llevamos casi un cuarto del objetivo conseguido. A refrendarlo en casa contra el Rayo.
Foto: cadizcf.com