Durante la semana Vidakovic dijo que no había nada que arreglar, y que estábamos bien porque estábamos por debajo de equipos con más presupuesto.
Así que como no había nada que arreglar, llegó el Lorca a Carranza y con muy poquito, se llevó también (últimamente, jugar contra el Cádiz es una alegría) los tres puntos frente a los amarillos.
La imagen dada por los pupilos del balcánico en la primera parte de hoy ha sido suficiente: en el descanso ya estaba sentenciado, y el Consejo no ha esperado ni siquiera a mañana a confirmar su cese.
Trece largas semanas ha durado la enésima "apuesta" (a ver qué sale) con un entrenador sin experiencia, que llevaba varias semanas dando muestras de no tener solución para el pésimo rendimiento de muchos de los jugadores, que muestran una desidia insultante.
Por supuesto, con él se marcha Juan Ureña, que en el poco tiempo que ha estado ha puesto su granito de arena a manchar todavía más el nombre del Cádiz, con sus actitudes tan vulgares en el desarrollo de algunos partidos