Carlitos no recordará seguramente este año con mucho cariño. La decepción por caer en el playoff de ascenso en la última ronda se sumaba, para él, a la impotencia de vivirlo fuera de los terrenos de juego. Y es que el que fuera canterano cadista, precisamente en El Rosal, se rompía en diciembre el ligamento cruzado anterior, finiquitando así de forma fulmintante su participación con el club azulino, que hasta ese momento estaba siendo muy productiva.
Le deseamos una pronta recuperación y que el próximo año todo le vaya mejor