Central que llega al Cádiz siendo un total desconocido, con apenas 20 años recién cumplidos.

Seguramente por eso, le costó entrar en el equipo, pero cuando lo hizo, fue para quedarse. A pesar de su juventud, sobre el campo mostró una tranquilidad y seguridad impropias de su edad. Además, sacaba el balón jugado con mucha precisión, pero sin complicarse, cualidades especialmente carentes en los zagueros de la categoría de bronce.

Además, y a pesar de no ser excesivamente alto, demostró una gran peligrosidad y acierto en los remates de cabeza, especialmente cuando subía en los córners.

Fijo para Jose González a partir de la jornada 11, y en los playoffs de ascenso, como casi el resto de sus compañeros, confirmado el chasco frente al Lugo, regresó a la disciplina del Granada. En su caso, Quique Pina cumplió su palabra, y al año siguiente jugó en Segunda División, en su caso, en la UD Las Palmas (donde volvió a ser un pilar imprescindible de su equipo), y con la que también se quedó en la promoción de ascenso, pero en este caso, a Primera.

Jugó un mundial sub20 con su selección.