Una vez abrió su particular lata en Melilla, ya no tuvo problemas en continuar marcando e ir asomándose más y más a la titularidad. Cada vez que el utrerano hacía gol, normalmente era para dar la victoria o salvar un empate para su equipo, todos sus goles fueron decisivos.
Poco a poco fue creciendo, hasta terminar convirtiéndose por derecho propio en el extremo zurdo titularísimo del equipo. Ahí va el dato: desde el triunfo ante en Murcia en la jornada 29, hasta el día del ascenso en Alicante, sólo se perdió un partido, y por lesión. 16 titularidades de 18 partidos, la gran mayoría de las veces, el partido completo. Incluso en la minipretemporada de Cervera, que por supuesto, lo considera indispensable para el playoff, donde sería fundamental.Abrió el camino en El Ferrol, anotando el primer gol, y mataría al Racing en El Sardinero (partido de vuelta) con un gol de bandera que si lo marca otro jugador de Primera, todavía lo estarían repitiendo en los informativos. Por desgracia, en ese mismo partido, sufrió un duro esguince de tobillo, que le impidió estar en la ida frente al Hércules.
Por desgracia, finiquitada la temporada y confirmado el ascenso, el menudo extremo utreraron debe reincoporarse a la disciplina del Granada, club dueño de sus derechos. Es una decepción efímera: Paco Jémez, que llega al cuadro nazarí y se encuentra con jugadores por doquier heredados de la gestión de Pina, impone aligerar la plantilla y entre los descartes está el utrerano, que enseguida llega a un acuerdo con el Cádiz nada menos que por cuatro temporadas.Respetado por las lesiones pese a su brutal punta de velocidad, Alvaro fue el jugador de campo que más minutos disputó. Verlo correr por la banda era un verdadero espectáculo. Visto el pésimo papel que hizo el Granada ese año, es todo un alivio pensar que el equipo nazarí no puso pegas a su fichaje por el Cádiz tras acabar la cesión.
El resumen de su temporada se hace en poco tiempo porque otra de las grandes características de Álvaro es su regularidad. Juega todos los partidos y en todos, como mínimo cumple. Aunque lo normal es que sea de los mejores de su equipo. Da igual la crónica que mires, que casi seguro eso va a ser cierto.
Cuando está especialmente entonado, es el mejor de los suyos; destroza al lateral derecho del otro equipo y pone multitud de balones para los que vienen corriendo por detrás. Hubo días, como el de la goleada en casa ante el Zaragoza (en el que fue partícipe en dos de los tres goles) o ante el Sevilla Atlético (puso dos asistencias que hasta nuestro amigo y compañero Vallecillo las hubiera convertido en gol), que uno terminaba hasta empatizando con su par en el cuadro contrario. Intentar, sin éxito, parar a un jugador que entraba una y otra vez como quería tenía que ser muy duro.
En el debe, por poner algo, los pocos goles que convirtió, aunque hizo uno de los más importantes de la temporada, el de la victoria en Lugo que salvó la cabeza de Cervera y fue el punto de inflexión que llevó a los amarillos de los puestos de descenso a pelear en el playoff por subir a Primera. Aún así, semana sí, semana también, su nombre suena por el posible interés de equipos de la máxima categoría por ficharlo. Pero es que no para de firmar tardes de ensueño. En Soria, por poner otro ejemplo, sirve dos de los tres goles de la victoria amarilla. Y porque no quiso ensañarse más.
El playoff que hace contra el Tenerife es para enmarcar. Pese a estar en junio, el utrerano sigue corriendo como si no tuviera minutos acumulados. Especialmente en Carranza, su defensor ya no sabía lo que hacer con él, desesperado de lo que encarara y se le fuera en velocidad una y otra vez.
Por desgracia, el ascenso no se produjo, y tocaba volver arrancar en Segunda.
Otra campaña más, Alvaro volvió a ser el mejor jugador del año, como poco, en ataque. Su velocidad endiablada por la banda izquierda trajo de cabeza a sus rivales, y más de la mitad del juego ofensivo amarillo se basaba en sus carreras.
Carreras que pudimos habernos perdido si la oferta que hizo el Getafe en su momento por él hubiera cristalizado. A poco más de 24 horas del cierre del mercado de fichajes, con la competición ya empezada, saltaba la noticia de que el club madrileño le había hecho una oferta mareante al utrerano para jugar en Primera. El jugador, visiblemente afectado, tuvo la suerte de tener un técnico como Cervera que decidió, con cautela, apartarlo del equipo mientras se resolvía su situación, perdiéndose así la tercera jornada de liga (en Lugo) sin que mediara lesión ni sanción.
Afloraron las críticas al futbolista, al que muchos acusaban de borrarse, pero lo cierto es que el jugador no estaba centrado. El club hizo valer su posición y no se avino a negociar: si el club madrileño quería llevarse al jugador tendría que pagar su cláusula de 8 millones, un dineral para un equipo como el Getafe.
Cerrada la ventana de fichajes sin que se consumara la tropelía del Getafe, el club quiso cerrar la polémica y el problema con la renovación del extremo. Eso, y su excelente rendimiento deportivo, hicieron olvidar el asunto a todo el mundo. Alvarito volvía a ser el puñal por la izquierda que habría de descoser a tantos equipos contrarios. En su partido de vuelta tras dos semanas fuera, marcó frente al Nastic. Fin del asunto.
A partir de ahí, el jugador desequilibrante no ya dentro del Cádiz, sino de toda la categoría, uno de los más seguidos y temidos. Actuaciones como las que tuvo por ejemplo en el histórico 0-3 en El Molinón hicieron olvidar del todo el episodio del posible fichaje por el Getafe. Que forma de correr por la banda, que forma de dejar rivales atrás absolutamente reventados para bien remachar lo que su reflejo en la derecha, Salvi, le ponía, o para ponerle balones a otros que sólo tenían que empujar.
Ni siquiera en días en los que no estaba llamado a ser protagonista, como el de la vuelta copera en el Pizjuán con la eliminatoria ya perdida, podía dejar de salirse. Dejó una actuación notable frente a un equipo de Champions al que le hizo un bellísimo tanto de vaselina. Días después, otra actuación soberbia para descoser al Córdoba. Tardaríamos una eternidad en enumerar todos sus buenos partidos con la camiseta amarilla.
Con una nueva ventana de mercado vuelven los rumores sobre su venta, pero el jugador esta vez se manifiesta de forma contundente. Con todo, hasta el último aficionado amarillo esperó con nervios a que llegara el 31 de enero y se confirmara que el utrerano honraba la renovación que firmó semanas antes, como así fue.
De ahí a final de temporada, podemos estar citando más y más actuaciones brillantes del utrerano, pero no tiene sentido. Ahí están las crónicas para el que quiera leerlas.
De nuevo con el Cádiz en Segunda División, parece que ahora ya sí, toca despedirse de Alvaro, es imposible retener su talento por más tiempo. El menudo extremo se terminaría convirtiendo en el culebrón del verano y en un problema para Cervera (que no lo ponía en pretemporada para evitar que una lesión diera al traste con la operación) y la directiva. Sonaron China, Inglaterra, Italia...hasta que el club firmó la venta del 50% del jugador al Huesca, con comunicado al día siguiente del futbolista diciendo que no se iría al club azulgrana. Dimes y diretes, rumores...la liga comienza...hasta que por fin, se anuncia su trapaso definitivo al Rayo Vallecano por 4.5 millones de euros.
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CREACIÓN FICHA: 06/08/2015
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 19/07/2024
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