Como casi todos los jugadores que formaron parte del Cádiz en las campañas 2008-2009 y 2009-2010, Erice tiene un papel muy distinto en ambas.

En la primera de ellas llegó en el mercado invernal, tras no contar para Antonio Calderón, viejo conocido cadista, en el Huesca. En su carta de presentación mostraba credenciales, y es que Erice había llegado a jugar varios partidos en Primera con el equipo de su tierra, el Osasuna. El hecho de que Erice cubriera una de las obligadas plazas sub23 de la categoría de bronce termina de abrir las puertas a su contratación.

Le cuesta, pero finalmente termina entrando en los planes de Javi Gracia. En el tramo final de liga, Erice es indiscutible, y tiene una participación fundamental para confirmar el ascenso en Irún.

Todas las rosas que le cayeron entonces, demostraron un año después que venían con espinas, y es que Ion Erice pagó, de forma excesiva seguramente, las iras de una afición harta de ver perder a su equipo. Erice fue titular en muchísimos partidos (tanto con Gracia como con Espárrago), y los silbidos que recibía seguramente respondían al deseo de la afición de ver algo distinto del equipo, ya que el once cadista continuaba con su sangría de puntos. Lo cierto es que Erice pagó en parte los platos rotos, porque en el tramo final de liga perdió su condición de titular.

Consumado el descenso, su participación de nuevo en la categoría de bronce parecía más que interesante, pero club y jugador llegaban a un acuerdo para rescindir el contrato que los ligaba.