Márquez Veiga reparte sin embargo su "ciudadanía" entre su Vigo natal y Cádiz, y que su familia ha estado siempre muy ligada a la ciudad y al equipo.

Su pasión por el fútbol y por el Cádiz le vienen de cuna: su padre, marinero y armador, establecido en Cádiz por negocios, fue jugador del mítico club Español de Cádiz.

Francisco Márquez Veiga siguió los pasos de su padre en la empresa familiar, estableciéndose también en Cádiz. Llega a la presidencia del club mediada la temporada 59-60, ocupando la vacante que deja la renuncia de Manuel Vieira Aguilar. Meses después sería elegido para presidir el Consejo, al ser el único candidato que se presenta.

Estuvo toda una década al frente del club, en la que vivió situaciones de todo tipo. En una España aún pobre y muy atrás en la carrera económica, Veiga tiene que hacer verdaderos malabarismos para sacar adelante el club.

Estuvo a punto de conseguir el ascenso a Primera en dos ocasiones, con Riera en el banquillo. Sin embargo, tuvo que sufrir en sus carnes un descenso a Tercera al término de la temporada 68-69. Veiga fue masacrado por los medios locales, que cargaron contra él todas las culpas, olvidando las muchas penurias pasadas por el club, de las que siempre había salido airoso.

Veiga aguantó el chaparrón, prometiendo devolver el club a Segunda, momento en el que se haría a un paso en la presidencia. Sólo le llevó un año: el Cádiz de la temporada 69-70 arrasó por completo (sólo perdió un partido), culminando el ascenso.

Márquez Veiga cumplió lo prometido, y sin hacer ningún tipo de declaraciones ni contestar las graves acusaciones que tuvo que soportar sólo unos mess antes, firmó su renuncia un día después de celebrarse el retorno a la categoría de plata.

Fallecido el 7 de febrero de 2022, a los 96 años de edad