Pobre temporada y de ingrato recuerdo para la afición, que todavía con el shock del descenso a los infiernos demasiado cercano, tiene que soportar escándalos bochornosos que hacen todavía más difícil el trance pasar por una categoría en la que nadie se veía no hacía tanto tiempo.
Y es que sin duda alguna la campaña estuvo marcada por el pésimo comienzo liguero. Paco Chaparro, entrenador cadista a la sazón, no puede gobernar una plantilla que no parece muy dispuesta a ponerse el mono de trabajo. El Cádiz comienza el campeonato con cuatro derrotas consecutivas, y hasta la octava jornada, la de la destitución del técnico, ha sumado únicamente cinco puntos. El Cádiz, una entidad que por historia y masa social, está llamado a ser uno de los gallitos del grupo, está prácticamente fuera a las primeras de cambio.
Antonio Muñoz, que entonces comparte la presidencia con Manuel García Fernández, monta en cólera ante el triste espectáculo que dan algunos de sus jugadores, y corta por lo sano: da carta de despido a Zapatera, Rafa Bono, Pino y Ortiz por bajo rendimiento.
No es difícil imaginarse que, con este panorama, la misión de Chico Linares (que apenas hace dos temporadas que se ha retirado), que toma el relevo de Chaparro, es casi suicida.
Sin embargo, el gaditano consigue dar la vuelta a la tortilla y enderezar, en la medida de lo posible, la casa de locos en la que se había convertido el club. En algún momento parece que el Cádiz puede engancharse de nuevo a la pelea, pero dos derrotas en las dos últimas jornadas ligueras despiertan del sueño a todos los cadistas, que empiezan a sospechar que la salida de Segunda B no va a ser tan fácil como se presuponía.
CREACIÓN FICHA: 04/02/2009
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 12/12/2014
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