Faltó poco, muy poco, para que el Cádiz dejara atrás la categoría de bronce en esta temporada. Una combinación de mala suerte y miedo escénico en la liguilla de ascenso dejaron a una afición que por primera vez en mucho tiempo volvía a estar ilusionada, con un palmo de narices.
Ramón Blanco, que tuvo que acudir al rescate la campaña anterior, se ha ganado con creces continuar en su puesto y poder planificar el nuevo ejercicio liguero. La plantilla cadista se surte de un número importante de veteranos como Barla (de regreso en Carranza), Férez, Mateos, Esteban, Javi Germán (el eterno capitán) o Zafra, ayudados por jóvenes que vienen pisando muy fuerte como Raúl López, Alberto Merino, Oscar Hortas o Chico.
Aunque sin duda alguna la joya de la corona del plantel amarillo es Ariel Zárate. El argentino, que llegó en el mercado invernal de la temporada anterior, explota en esta campaña, revelándose como uno de esos pocos jugadores con ese "algo distinto", de los que caen muy de vez en cuando por estos lares. Su indiscutible calidad en la mediapunta fue la locomotora que tiró del equipo. Junto a Zafra, formó una sociedad letal. Entre ambos, marcaron casi la mitad de goles que hicieron los amarillos.
El impecable inicio liguero fue absolutamente fundamental para el devenir de la temporada. En las siete primeras jornadas, los discípulos de Blanco sumaron 19 de 21 puntos posibles, colocándose como líderes provisionales de la clasificación. Subidos en el primer vagón desde el principio, todo fue más fácil.
El equipo estuvo firme toda la temporada, y apenas sí tuvo bajones en su juego. Sólo escoció de forma especial la abultada derrota en casa ante el filial sevillista por 0-4: cosas de febrero y su carnaval.
Lo que sí fue absolutamente decisivo fue la derrota en la última jornada en Carranza frente al Écija. Los astigitanos tenían que pelear por salvarse, y lo que pareció un "favor" a los sevillanos, terminó por convertirse en un arma arrojadiza.
Esta derrota en la última jornada nos relega al tercer puesto. Finalizada la liga regular en todos los grupos, se establecen las posibles combinaciones para la configuración de grupos de liguilla. De las seis posibles, una de ellas parece mortífera: la que nos emparejaría, a la vez, con los filiales de Real Madrid y Barcelona.
Ni que decir tiene que el bombo castigó duramente a los amarillos con la posibilidad que nadie quería. Muchos se acordaron entonces de la derrota en la última jornada.
Pero la suerte estaba echada y no valía lamentarse. Sin embargo, el primer envite resulta tan decepcionante como agorero: con un Carranza a rebosar como hacía tiempo que no estaba, el filial merengue se lleva una victoria tan inmerecida como efectista. Dos tantos de Rivera (jugador que sería del Betis muchas temporadas) ponen cuesta arriba la clasificación.
Los de Ramón Blanco tienen por delante un doble enfrentamiento con el Barcelona B, en el que deben sacar lo mejor de sí mismos. Un Barça B que cuenta en sus filas con nombres que serían tan importantes en el futuro como Xavi o Puyol, amén de otros como Oscar, Gabri, Mario Rosas....Muchísimos quilates.
Sin embargo, los cadistas salen airosos. Sacan un empate en Barcelona, y doblegan a los de Josep María Gonzalvo en Carranza. El Cádiz mantiene todas sus opciones.
Pero nuevamente el Castilla se interpone entre el ascenso y los de la Tacita. En un Bernabeu en el que hay más camisetas amarillas que aficionados locales, las ilusiones se van por tierra con una nueva derrota. El Cádiz se queda sin opciones reales de pelear el ascenso, tras la paradoja de haber caído frente a los madrileños y vencido sobre los azulgranas, muy superiores a sus eternos rivales. De hecho, en el doble enfrentamiento entre ambos por el ascenso, los catalanes barrieron del mapa a los de Miguel Ángel Portugal.
CREACIÓN FICHA: 04/02/2009
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 16/10/2009
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