La temporada del añito en el infierno. Tras la merienda de negros de la temporada anterior, todo el cuerpo técnico y plantilla son renovados casi al 100% (sólo quedan algunos irreductibles como Fleurquin, Enrique o Raúl López). La directiva quiere limpiar hasta la última telaraña de un club que desde la llegada de Baldasano está infectado.
Siguiendo la tendencia de los últimos años, Muñoz apuesta por un técnico joven que apunte maneras, y acierta de pleno, al contratar al navarro Javi Gracia. Serio, trabajador y discreto, Gracia arma un equipo perfecto, que realza aún más la tremenda superioridad del Cádiz respecto a sus rivales. Por fortuna, el grupo IV de Segunda B ha dejado de ser un cementerio de elefantes, y la mayoría de los equipos visitan el Carranza de la misma forma que muchos equipos visitan el Bernabéu o Nou Camp: una oportunidad que se presenta pocas veces en la vida.
Con una columna vertebral formada por Casilla, Cristian, Raúl López, Dani Fragoso, Carlos Caballero, Ormazábal, Enrique y sobre todo, con un Toedtli que cada semana vuela para celebrar goles, los amarillos van tumbando rivales casi sin oposición. Sólo el Jaén, en el último tramo liguero, parece dispuesto a pelear la primera plaza, que este año vale doble, pues permite acceder a Segunda teniendo que batir a un único equipo, y en caso de perder, se tiene una segunda oportunidad. La respuesta del Cádiz es un puñetazo en la mesa: los amarillos se imponen en el campo de La Victoria, y sentencian matemáticamente el primer puesto.
Llega el día del sorteo, y una vez más, éste parece querer poner las cosas difíciles al Cádiz. De los tres rivales que podían caer en fortuna en contra (Alcoyano, Cartagena y Real Unión), el bombo depara un enfrentamiento contra los vascos, el otro equipo que ha conseguido la clasificación con tanta holgura como el Cádiz, y que ha eliminado al Real Madrid de la Copa. Para colmo, la vuelta se jugará en el Stadium Gal.
Cierta inquietud surge entre la afición, inquietud que queda despejada ya en el partido de ida, en el que el Cádiz es infinitamente superior, ante un rival que no molestó en absoluto a Casilla, que se conformó con perder 1-0, resultado muy corto para los méritos de uno y otro. En la vuelta, y pese al intento de encerrona, hubo más nervios que posibilidades reales de que se igualase la eliminatoria.
Finalmente, el Cádiz se imponía como mejor equipo de Segunda B, al derrotar al otro campeón que ascendió en primera ronda, el Cartagena, a doble partido. El conjunto amarillo confirmaba así lo que decía el papel, y recompensaba a una afición que pasó de los aplausos incondicionales, a exigir lo que en justicia le correspondía, y a protestar al mínimo amago de debilidad.
CREACIÓN FICHA: 15/01/2009
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 03/10/2020
VISITAS: 27315