Temporada esta, la 41-42, que sin duda hay que calificar como buena en todos los aspectos. Es verdad que no se peleó por estar en Primera, si bien el conjunto amarillo se quedó a las puertas, frente a dos adversarios muy difíciles (Betis y Real Murcia, que volvía a cruzarse en nuestro camino tras el palo del grupo V). En la posterior fase de permanencia, no sufrió en absoluto, y el Cádiz reunió un conjunto sólido que fue muy estable durante toda la temporada.

El catalán Jose Quirante llega a Cádiz para hacerse con el equipo, y con él, va incorporando varios jugadores que conocía de su tierra natal, inaccesibles entonces habiendo tanta distancia de por medio. Llegan así al Cádiz el delantero Barceló y el extremo León, fichado del mismísimo FC Barcelona. Además siguen en la plantilla hombres importantísimos como Roldán, Sánchez, Bueno, Valcárcel, Virgós, Fermín, Fernández o Polo. Junto a Cayuso, cedido por el Sevilla, estos nombres formarán la columna vertebral del plantel amarillo durante la temporada.

La misma se inicia con el típico partido de presentación ante la afición. El invitado para la ocasión es el Sevilla FC, al que se derrota por un contundente 4-1.

Desde el inicio liguero el Cádiz va a marcar el que va a ser su camino durante todo el año: fortísimo en Mirandilla (donde sólo dejaría de sumar un punto en toda la liga regular, frente al todopoderoso Betis), pero muy débil fuera de casa, donde apenas consigue rédito. Por tanto, nunca terminaba de engancharse a los dos puestos de cabeza que daban pie a continuar en la lucha por el ascenso.

Antes de terminar la primera vuelta los mecionados Betis y Murcia ya empiezan a dar señales inequívocas de que no van a perdonar a nadie, y que difícilmente se dejarán arrebatar sus puestos de privilegio. En la jornada seis ya ambos se pelean entre sí por quedar primero y van abriendo brecha con los demás.

Los de Quirante cayeron en la visita a ambas escuadras, por lo que se hizo inútil el intento de darles caza. Faltando tres jornadas la suerte está prácticamente echada, y la distancia ya es insalvable. No obstante, el Cádiz da un estirón final, y consigue un meritorio tercer puesto.

El posterior campeonato de permanencia apenas tiene historia, las posibilidades de descenso son mínimas, y el único premio es clasificar para la Copa del Rey. En esta segunda fase el conjunto de Quirante se muestra mucho más irregular: lo mismo golea con facilidad que recibe sonoros repasos. La manita encajada en Huelva desató una verdadera tormenta, con el presidente quejándose amargamente de sus jugadores, que pese a estar al día en sus pagos, no responden en el campo, amenazando con duras sanciones a aquellos que no estuvieran a la altura.