Temporada de no precisamente buen recuerdo para el cadismo, y es que el Cádiz perdería la categoría, cayendo al infierno de la Tercera División (y todavía habría de bajarse más aún), comenzando una travesía por el desierto que habría de durar la friolera de doce años, hasta que los gaditanos pudieron ver de nuevo a su equipo en categoría nacional.
Aunque en honor a la verdad, hay que decir que aquel año era muy complicado escapar de esta quema. La Federación quería reducir los tres grupos de la categoría de plata a uno solo. Además de la reducción de equipos que ello significaba, teníamos además que dejar hueco para los ascensos de Tercera. Así pues, se partía de tres grupos de ocho equipos (24 en total) que un año después se quedaría en uno solo de 14 (por tanto, sobraban diez entidades) y como hemos dicho, en esos catorce había que dejar también sitio para los ascensos de Tercera.
Así, en cada uno de esos tres grupos, los dos primeros promocionaban por subir a la máxima categoría, tercero y cuarto se quedaban en tierra de nadie (garantizando un puesto en el grupo único de la siguiente liga) y del quinto al octavo caían a la promoción por la permanencia, que se organizaba en grupos de cinco donde sólo el campeón se salvaba. Un punto podía ser la diferencia entre pelear por subir, mantenerse o incluso luchar por no bajar.
Pero empecemos por el principio. Jose Moreno Ruiz repite en la presidencia de la entidad mirandillista, y elige como entrenador de la misma a Teodoro Mauri, conocido exjugador del RCD Espanyol. El plantel se parece al del año pasado, aunque hay varias incorporaciones, como las de Amorós, Castro, Alcázar, Martínez o Mariatges.
Una de las pocas alegrías que se lleva la afición es en la presentación del equipo, ya en septiembre, frente al Real Betis, que ese año habría de militar en Primera División. El conjunto amarillo goleaba por 5-2 de forma totalmente merecida.
La liga empieza con un prometedor empate en Elche (si bien el empate local llegó en la recta final del choque), pero enseguida llegaron los golpes de realidad: derrota en casa frente al Jerez CF (precedesor del actual Xerez Deportivo) y goleada encajada en La Condomina (5-0), primeras señales de que iba a ser un año complicado. En la cuarta jornada los pupilos de Mauri derrotan al Alcoyano, pero otras dos derrotas consecutivas en Alicante y Ceuta encienden las alarmas, el Cádiz ocupa el farolillo rojo de la tabla, y la salvación ya queda a tres puntos.
La escuadra amarilla reacciona y se hace fuerte en Mirandilla: Málaga y Elche se vuelven de vacío a sus respectivos lugares de origen, y la derrota de la primera vuelta frente al eterno rival se venga en parte en la segunda, con un empate en el campo de Jerez.
Pero nuestra bestia negra de aquellos años, el Real Murcia, vendría de nuevo a Cádiz a cebarse con nosotros, y se volvía a llevar el triunfo de la Tacita, ahora por 2-3, frenando en seco la escalada. La irregularidad que había mostrado el equipo todo el año volvía a manifestarse una vez más.
A reglón seguido los gaditanos se imponen en el campo del Alcoyano, y las esperanzas de salvación reverdecen, pero los amarillos vuelven a la dar de arena en un partido decisivo en Mirandilla frente al Hércules. Los alicantinos se llevan los puntos gracias al 1-2 cosechado, y el Cádiz está virtualmente condenado a jugarse la vida en la promoción de permanencia. Teodoro Mauri, ante el fracaso que esto supone, presenta su dimisión a la directiva cadista. Toma el relevo Santiago Buiría, que compagina sus funciones en el césped y el banquillo.
Aún queda una remota posibilidad de salvación, que el propio Cádiz, con su irritante irregularidad, se encarga de aniquilar. El empate en casa frente al Ceuta nos obliga definitivamente a participar en una liguilla fraticidad, donde, como hemos dicho, sólo veía la luz el campeón. Los otros cuatro caían al pozo de la Tercera. Cuántos años habría de lamentarse la afición de estos dos partidos consecutivos en casa en los que sólo se sumó un punto.
El Cádiz no tiene suerte en los emparejamientos, y ha de jugarse la vida frente al Málaga, el Atlético Tetúan, el Onuba y el Badajoz. Además, el Real Murcia (de nuevo) era encuadrado en el grupo, pero sus resultados no contaban para la salvación, sólo para la clasificación de los pimentoneros para el torneo copero.
Esta fase de permanencia no puede comenzar mejor, con victorias en Mirandilla frente a Tetuán y Recreativo (mediando entre ellos el partido frente al Real Murcia, que volvió a derrotarnos una vez más). En la cuarta jornada los de Buiría pescan un punto en Málaga (si bien las crónicas hablan de el punto se quedó corto para los méritos visitantes), lo que permite a los amarillos liderar el grupo con un punto de ventaja sobre los malacitanos.
Visita ahora el Badajoz al Cádiz, que se va goleado de Mirandilla, por 5-1. El Cádiz mantiene así su primer puesto, aunque Málaga y Tetuán están al acecho. Todo lo buena que fue la ida de esta fase de permanencia se tornó en decepción en la segunda vuelta, en la que no se ganó ni un solo partido. La caída empezaba en África, donde el Atlético se imponía con rotundidad a la expedición cadista por 3-1.
Tras el empate sin efectos clasificatorios frente al Murcia, el Cádiz vuelve a caer como visitante, ahora en Huelva, por 1-0. Aún así, la clasificación no sufre alteraciones: continúa el Tetuán con diez puntos en la primera posición (le tocaba jugar contra el Murcia) y el Málaga nos da un balón de oxígeno al verse sorprendido en La Rosaleda por el Badajoz, quedándose en nueve puntos. El Cádiz suma siete, y ambos equipos se ven las caras en la siguiente jornada, penúltima. El duelo es absolutamente decisivo, por tanto.
La caída es estrepitosa. El once de Buiría sale atenazado por lo mucho que hay en juego, y no atina con la portería contraria. Por su parte, los blanquiazules aprovechan cada ocasión que tienen, y así, fueron marcando gol tras otro, hasta hacer el 0-3 definitivo (uno de ellos de un futuro entrenador cadista, Arza). El jarro de agua fría es tremendo. La decepción, sin consuelo. El Cádiz se va a Tercera de forma irremediable.
En apenas tres años el Cádiz pasaba de tener pie y medio en Primera (maldito grupo V) a dar con sus huesos en Tercera (y un año después, ¡Regional!), y era solo el comienzo de un largo, y seguramente excesivo periodo de sequía para el fútbol gaditano.
CREACIÓN FICHA: 08/01/2009
ÚLTIMA ACTUALIZACIÓN: 28/12/2011
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