La mejor temporada que firma Julio Vilariño al frente de la nave cadista acaba con un meritorio quinto puesto, en una temporada muy difícil y peligrosa: la Federación ha decidido sintetizar los Grupos Norte y Sur en uno único de veinte equipos. Esto requiere que casi la mitad de los participantes en cada uno de los grupos (siete) tiene que bajar este año. Lástima que una vez pasado este trámite, el Cádiz bajara un año después.

El Cádiz fue juez y parte a la hora de decidir el ascenso a Primera División. Recibía en la última jornada al Calvo Sotelo, que tiene a un punto al líder, Granada. El campeón sube directamente, el segundo tiene que pasar por la promoción. Los granadinos caen en Mallorca, pero el Cádiz endosa una dura derrota a los castellano-manchegos, que en la posterior promoción contra el Córdoba, se quedan con la miel en los labios.

Sorprendentemente, algunos aficionados, concluido el partido, invaden el campo y sacan a hombros a Vilariño y Márquez Veiga. Una estampa que habría de dar un giro de 180 grados un año después.

Tras finalizar la temporada, y después de muchos meses de rumores y noticias cruzadas, llega por fin el traspaso de Juanito Mariana, que no puede ser retenido por el Cádiz por más tiempo. Un traspaso millonario lo lleva al FC Barcelona, donde las lesiones no lo dejaron triunfar. Una auténtica pena, pues la calidad del gaditano era para haberse convertido en un referente del fútbol nacional.